martes, 2 de junio de 2015

CUENTOS PARA NIÑOS POLITICAMENTE KIRCHNERISTAS: LOS TRES CERDITOS


En un paraje ubicado en las comarcas del Buen Ayre, vivían juntos tres cerditos en armonía con la naturaleza y siguiendo los principios del desarrollo sustentable. El transcurrir de su vida animal les permitía servirse de la naturaleza, respetando las condiciones ambientales, la equidad social y la diversidad natural. Un día, decidieron que debían construirse una vivienda que respetara las condiciones óptimas de habitabilidad con mínimo consumo energético y con un mantenimiento económico. Sirviéndose de los materiales propios de la zona y de los subsidios para microemprendimientos otorgados por el Ministerio de Desarrollo Social que conduce la compañera Alicia Kirchner,  construyeron su casa de paja siguiendo los modelos de bioconstrucción sustentable.

Lo que no preveían los tres porcinos fue el proyecto de una empresa constructora irresponsable que pretendía utilizar el lugar para construir un complejo habitacional urbano. Para ello enviaron a un lobo sicario que desplazará a los cerditos del lugar. El lobo llego a la vivienda y golpeó fuertemente la puerta:

- Cerditos, cerditos, abran la puerta y déjenme entrar. La empresa constructora para la que trabajo quiere hacerles una oferta - vociferó el lobo.

- Mentira. Tu lo que quieres es echarnos del lugar y si es posible, alimentarte con nosotros. Ni un paso atrás, aquí nadie se rinde - respondieron los porcinos.

Pero el lobo, sabiendo que la seguridad de esa zona era responsabilidad de la Policía Metropolitana, no se amedrentó. En consecuencia, sopló y sopló hasta derribar la construcción de paja. Los cerditos huyeron del lugar y la empresa constructora comenzó a talar la zona avalados por el un alcalde de nombre Maurice....

Los tres cerditos, algo apesadumbrados, decidieron levantar una casa de madera. Siguiendo las recomendaciones y las directrices para la construcción de casas de madera, de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del Gobierno que depende del Ministro Julio De Vido, construyeron su morada con madera reciclada, evitando la destrucción del bosque nativo. Sin embargo, la voracidad de la empresa constructora no tenía límites. Apañados por el poder mediático y del alcalde de la ciudad, el lobo volvió a hacer de las suyas.

- Cerditos, cerditos. Abran la puerta y déjenme entrar. Vengo a negociar con ustedes su salida permanente de este bosque - bramó el lobo.

- No nos vengas con cuentos de hadas. Ya sabemos que trabajas para Maurice y sus secuaces. Vete, carnívoro opresor imperialista. No vamos a dejarte entrar - exclamaron los cerditos.

A continuación, el lobo sicario, sopló y sopló hasta derribar la construcción de madera.

Pero, como en este bosque todo tiene solución, nuestros tres cerditos se enteraron del Plan Procrear, un Plan impulsado por el Ministerio de Economìa y la ANSES y procedieron a inscribirse. Como salieron sorteados y ya tenían un terreno donde construir su vivienda, consiguieron los materiales respetando el medio ambiente y utilizando ladrillos ecológicos, que aprovechaban todos los productos que podrían reciclarse. La vivienda, ya terminada, era sólida y resistente, por lo que podía soportar fuertes vientos y poseía una estructura antisìsmica. Pero, el lobo sicario, insistente con los cerditos, volvió a golpear la puerta. Esta vez venia para comérselos.
Los cerditos, seguros de que el lobo no iba a derrumbar su casa, comenzaron a entonar un cantito para provocarlo:

-" Vamos transformando la Argentina
    Unidos y Organizados
    Junto a Nestor y Cristina.
    Los cerditos vamo siempre al frente
    Pensamos diferente
    el bosque no se vende.
    No pasa nada
    Si este lobo nos quiere tirar la casa
    Siempre lo digo, 
    somos los soldados del pingüino".......

El chacal enfurecido comenzó a soplar y soplar y sin embargo la casa no cedía. Tanto sopló el pobre animal que en un momento, se aferró el pecho con las manos y cayo muerto como consecuencia de un infarto producido por una alimentación poco equilibrada y rica en grasas. 
- "Eso le pasa por no seguir los lineamientos del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria, creado por el Ministerio de Desarrollo Social que conduce la compañera Alicia Kirchner. Si en vez de basar su nutrición en alimentos con alto contenido graso, hubiera aplicado estas políticas a su bienestar, no estaría aquí muerto de un infarto", reflexionó uno de los porcinos.

Felices de que la Memoria, la Verdad y la Justicia había triunfado una vez más en el bosque continuaron cantando canciones que evocaban la década ganada y la continuidad del proyecto nacional, popular y democrático vigente. 


CUENTOS PARA NIÑOS POLITICAMENTE KIRCHNERISTAS: KAPERUCITA ROJA



James Finn Garner escribió en 1994 un libro titulado “Cuentos infantiles políticamente correctos (Politically correct bedtime stories) (Ed. Circe), en donde rescata algunos relatos de siempre (Blancanieves, La Cenicienta, Los tres cerditos, y por supuesto, Caperucita Roja) adaptándolos a la modernidad de nuestra sociedad, y estableciendo, con un delicioso sentido del humor, valores de respeto al prójimo: tolerancia, defensa de los derechos laborales y demás causas que hoy tanto se cuidan en la escuela y en la edición de libros infantiles.
En vista de que la década ganada ha resultado beneficiosa para millones de argentinos y argentinas, se viene la colección de “Cuentos infantiles políticamente kirchneristas”.

Como no puede ser de otra manera, G.I.T. comienza a publicar estos relatos infantiles, tal vez influenciados por el infante Casey Wonder, quien, si quiere ser Presidente de los argentinos y argentinas en el 2050, deberá leer estos cuentitos y jugar menos a la Play. De todos modos, para esos años ya no estaremos, asi que esto sirva para la posteridad.

KAPERUCITA ROJA Y EL LOBO
Érase una vez una persona de corta edad llamada Kaperucita Roja que vivía con su madre en una linda casa construida gracias al Plan Procrear, iniciativa de la ANSES y del Ministerio de Economía de la Nación. Un día, su madre le pidió que llevase una cesta con fruta fresca y agua mineral  a casa de su abuela. Le pidió que se dirigiera al Supermercado más cercano y comprara los productos a Precios Cuidados y le advirtió sobre los empresarios inescrupulosos que suben los precios para obtener ganancias exorbitantes. Si bien, Kaperucita estaba en edad escolar y había recibido su Netbook del plan Conectar Igualdad, ese día era feriado puente y no tenía que concurrir a la Escuela por cuatro días. Además, su abuela no estaba enferma; antes bien, gozaba de completa salud física y mental gracias a la política implementada por el gobierno para adultos mayores y al funcionamiento del PAMI, obra social que le brindaba todos los servicios médicos de manera eficiente. Además, la abuela no necesitaba estos productos ya que cobraba puntualmente su jubilación la cual se le aumentaba dos veces por año.

Así, Kaperucita Roja cogió su cesta y emprendió el camino a través del bosque. Muchas personas creían que el bosque era un lugar siniestro y peligroso, por lo que jamás se aventuraban en él. Kaperucita Roja, por el contrario, sabía que la política de Seguridad implementada por el Secretario de Seguridad Sergio Berni había sido beneficiosa para todos y todas, por lo que no tenía miedo, a pesar de los noticieros de los canales de los monopolios, que insistían con lo inseguro que era caminar por el bosque. Asi y todo, Kaperucita Roja se vio abordada por un lobo que le preguntó qué llevaba en la cesta.
- Un saludable tentempié para mi abuela que compré a Precios Cuidados y el Bolsón de alimentos que otorga el Programa Pro Bienestar del PAMI, señor Lobo – contestó.
- No sé si sabes, querida -dijo el lobo, influido por los medios de comunicación dominantes-, que es peligroso para una niña pequeña recorrer sola estos bosques.
Respondió Kaperucita:
- Encuentro esa observación insultante ya que confío plenamente en la política de Seguridad implementada por Gendarmería Nacional y la Policía Federal, que gracias al Ministro Rossi y a Sergio Berni ha logrado reducir la tasa del delito en la República Argentina, conforme a estadísticas brindadas por la ONU y otros organismos internacionales. Haré caso omiso de ella debido a tu tradicional condición de proscrito social y de que los medios monopólicos de comunicación social te han mentido sobre lo que ocurre en la Argentina. Y le aconsejo, señor Lobo que no vea tanto Lanata y Nelson Castro y se informe por medios independientes. Y ahora, si me perdonas, debo continuar mi camino.
Kaperucita Roja enfiló nuevamente el sendero. Pero el lobo, liberado por su condición de segregado social de esa esclava dependencia del pensamiento lineal tan propia de Occidente, conocía una ruta más rápida para llegar a casa de la abuela. Tras irrumpir bruscamente en ella, dijo a la abuela:
- Señora: disculpe que irrumpa tan intempestivamente en su casa pero tengo hambre. Y como deseo cobrar el subsidio para los travestis mayores de 40 años, voy a pedirle que me entregue el camisón y toda la ropa que tenga para hacer los trámites correspondientes. No voy a comerla porque espero otros alimentos provistos por las campañas sociales de este Gobierno. He visto que el camión de Milanesas para Todos y Todas esta en la zona. Asi que le pediré que se encierre en el ropero para poder actuar libremente. 
El lobo, astuto y sagaz, se vistió con la ropa de la abuela y esperó a Kaperucita.
Kaperucita Roja entró en la cabaña y dijo:
- Abuela, te he traído algunas chucherías bajas en calorías y en sodio y en grasas trans ya que el Ministerio de Salud de la Nación ha implementado políticas alimentarias para bajar la obesidad en el país.
- Acércate más, criatura, para que pueda verte -dijo suavemente el lobo desde el lecho.
- ¡Oh! -repuso Kaperucita. Había olvidado que visualmente eres limitada y que aún el PAMI no te ha enviado los lentes gratuitos que solicitaste.
- Pero, abuela, ¡qué ojos tan grandes tienes!
- Han visto mucho y han perdonado mucho, querida.
- Y, abuela, ¡qué nariz tan grande tienes! (relativamente hablando, claro está, y, a su modo, indudablemente atractiva).
- Y… ¡abuela, qué dientes tan grandes tienes!
- Son gracias al nuevo plan odontológico del  Gobierno. No se si sabes querida, que existe el Plan Argentina Sonríe, que cuenta con tecnología avanzada para arreglar la dentadura y que es gratuito…….  Así podré comer mejor, gritó el Lobo abalanzándose sobre Kaperucita.
Kaperucita gritó y utilizó el botón antipánico provisto por la Coordinadora del Comité Ejecutivo de lucha contra la Trata y la Explotación de personas y para la protección y asistencia de las víctimas, que conduce la compañera Cecilia Merchán. Sus gritos llegaron a oídos de un operario de la industria maderera, que estaba en blanco gracias a las políticas implementadas por el Ministerio de Trabajo de la Nación que pasaba por allí.  Al entrar en la cabaña, advirtió el revuelo y trató de intervenir. Pero apenas había alzado su hacha cuando tanto el lobo como Kaperucita Roja se detuvieron simultáneamente…

- ¿Puede saberse con exactitud qué cree usted que está haciendo? -inquirió Kaperucita. El operario maderero parpadeó e intentó responder, pero las palabras no acudían a sus labios.
- Usted, compañero trabajador, no puede utilizar su instrumento de trabajo para agredir al pobre lobo, que, lo único que ha hecho es querer comprobar fehacientemente las calidad de la dentadura provista por el Plan Argentina Sonríe. 
El lobo, feliz por haberse salvado del hacha asesina del operario maderero, agradeció a Kaperucita la intervención. En ese instante, la abuela logró abrir la puerta del ropero donde estaba encerrada y también recriminó al leñador la actitud tan poco solidaria y dijo al trabajador:
- Compañero: usted sabe que en esta década hemos trabajado con políticas de inclusión para todos y todas. Y el lobo, siendo parte de esta comunidad, también ha recuperado derechos, por lo que no debe agredirlo de manera brutal y despiadada. 
El leñador, afiliado a la Unión de Sindicatos de la Industria Maderera de la Republica Argentina, y que cobraba un salario digno gracias a la paritarias instauradas por el decreto 394/03 del entonces Presidente Nestor Kirchner, tuvo que reconocer su equivocación. 
A partir de ese día, Kaperucita Roja, la abuelita, el lobo travestido y el operario de la industria maderera vivieron felices en el bosque y apoyaron las politicas sociales del gobierno nacional.

lunes, 1 de junio de 2015

CUENTOS PARA NIÑOS POLITICAMENTE KIRCHNERISTAS: EL PRINCIPE ENCANTADO





En un lejano reino, hace ya mucho, mucho tiempo, vivía un príncipe al que le apasionaban los eventos náuticos. Tanto le gustaban, que cuando las obligaciones del Palacio disminuían, salía con sus pajes y cortesanos, a buscar aventuras por los mares aledaños a la comarca. Como le fascinaba competir con otros nobles del lugar, participaba de todo tipo de competencias que involucraran botes, barcas, o embarcaciones de todo tipo. Un día, mientras participaba de una lid que había convocado a los más experimentados hidalgos del reino, sufrió un infortunio que le hizo perder un brazo. Sin embargo, habitaba estas comarcas una hechicera que había obtenido sus diplomas en una de las tantas Universidades creadas por la Reina del lugar. El príncipe fue a verla y le pidió que hiciera lo posible para devolverle el brazo perdido. La licenciada, sabiendo del poder que ostentaba el visitante, le dijo que lo haría a cambio un favor. Quería participar de una velada en el Palacio y que el fuera su compañero esa noche. Al principio, el príncipe vaciló, ya que dudaba de los poderes de la maga, pero al final aceptó. Recuperó su brazo pero no cumplió con la promesa, por lo que un día recibió la visita de la bruja:
- Príncipe infame. No has cumplido tu promesa. Ahora recibirás el castigo que te mereces por haber sido desleal - vociferó la bruja.
- No ha sido mi culpa. Las tareas del Palacio me han tenido ocupado. He estado trabajando por los más humildes de estas tierras, hechicera. No ha sido mi intención perjudicarte, - intentó defenderse el príncipe.

Pero la adivina no escuchó sus excusas. Inmediatamente recitó unas palabras mágicas y el príncipe, no solo perdió nuevamente su brazo, sino que además fue convertido en sapo. 

- Y no podrás volver a ser un hombre hasta que no recibas el beso de una Reina o una princesa - gritó la bruja y desapareció tras una nube de polvo.

Así deambuló el príncipe, convertido en sapo por la maldición de esta hechicera. Recorrió la comarca, fue por cada estanque, por cada aljibe, por cada rincón cubierto de agua donde encontrar a quien rompa la maldición. Pero nadie quería besar un sapo, y menos uno al que le faltaba una extremidad. 

Llegó un día a las puertas del Palacio y alcanzó a ver a la Reina sentada al borde de un aljibe. Como pudo llego hasta el lugar y al saltar, tuvo la mala dicha de caer en él. 
En ese momento, mientras la dama consultaba su agenda, un fuerte viento hizo que los papeles cayeran al pozo. Rápido de reflejos, nuestro príncipe evitó la pérdida de estos importantes documentos del Reino. 
La Reina, apesadumbrada por la pérdida, se puso a llorar. De repente escuchó una voz que provenía del fondo del pozo:

-Mi Reina, mi Reina. No os preocupéis. Acá están vuestros preciados documentos. Ayudadme a salir de este aljibe y podréis recuperaros.  

La Reina sorprendida al ver al sapo en el fondo del aljibe, ayudó al batracio a salir del fondo del pozo. 
Asombrada por encontrarse con este miembro de otra especie animal con capacidades diferentes, no pudo articular palabra.
El escuerzo, al verla desconcertada, le dijo:
- Mi Reina, desearía pedirle un favor. Llevadme al Palacio con vos. Quisiera ser parte de tu Reino de bondad y de justicia. No me abandonéis en estos parajes inhóspitos y dad tu bendición a este pobre y sufriente súbdito.

La Reina ya no lo escuchaba. Había huido al ver al pobre animal articular palabras. 
Por la noche, a la hora de la cena, escuchó que golpeaban la puerta del Palacio y cantaban una canción popular que habían compuesto los trovadores de la comarca: 

"Vengooooo, bancando este proyectooooo, 
proyecto nacional y populaaaaaaar, 
te juro que en los malos momentos, 
los pibes siempre vamos a estar......"

Envió a uno de los criados a ver quien entonaba esta melodía y, una especie de confusión se apodero del hombre. Allí estaba el batracio cantando y esperando que la Reina lo invitara a pasar. 
Nuestra Dama, recordando lo sucedido, indicó que le prepararan un lugar junto a la mesa. Allí estaban otros comensales que estaban perplejos ante la situación. Pero como este era un proyecto inclusivo, y todos y todas tenían lugar en él, serenaron sus espíritus y compartieron la mesa con el escuerzo.
Terminada la velada, la soberana indicó que el sapo se quedaría en el Palacio. Ordenó que dispusieran de una habitación para que estuviera cómodo. Y se fue a sus aposentos.
Siendo la madrugada, la Reina percibió sonidos en su habitación. Al encender la luz, vió al anuro en el borde de su cama. Iba a gritar, pero el sapo dijo:

- No es mi intención ofenderle, Majestad. Tampoco es mi intención acosarla. Respeto todas las identidades de género y espero, que siendo este Gobierno quien más hizo por la libertad de expresión de todos y todas, me permita expresar mis pareceres. Sé lo mucho que ha hecho este gobierno por proteger a todas las especies que habitan este vasto territorio. La Secretaría de Medio Ambiente del Reino, ha logrado recuperar estanques y lagunas donde se desarrolla la biodiversidad y se promueve el Desarrollo sustentable. He recorrido infinitas comarcas donde el Reino también crece. Sin embargo, quisiera pedirle un favor y espero que no lo tome como violencia de género o algún intento de ejercer un poder de manera arbitraria e intolerante. 
- ¿Que es lo que deseas, noble batracio? - preguntó la Reina.

- Majestad: he sido maltratado por mi condición de persona con capacidades diferentes, me han vilipendiado por situaciones en las cuales se ha dudado hasta de mi lealtad hacia el Reino. No es mi pretensiòn victimizarme ante estas expresiones de cientìficos que gozan del beneplàcito de la Corte. Pero si usted pudiera, con su infinita bondad, darle........... 
El sapo se detuvo. 
La Reina, impaciente, lo conmino.
- Ya, dime que es lo que deseas.
- Un beso suyo, mi Reina - respondiò el escuerzo.

¿Fue Su Majestad capaz de responder el pedido del sapo?
¿Acaso la Reina, cumpliendo con el precepto de un gobierno inclusivo y amplio, compensò al batracio por todas las degradaciones sufridas por su condición?
¿Logró la Emperatriz que nuestro batracio recuperara su naturaleza humana?


CONTINUARÀ....................