jueves, 7 de octubre de 2010

PINOCHETOR - Capítulo II

(viene del capítulo I) Sólo dos hombres de ciencia, Peronistas e infatigables investigadores cuyas tesis jamás fueron tenidas en cuenta por el Menemismo y la Alianza, y que encima se tuvieron que bancar la catarata de científicos que volvieron al país de la mano de Kirnerismo, podían llegar a develar un misterio comparable sólo a grandes enigmas humanos como la piedra filosofal, Machu Picchu, la Atlántida o la identidad de Piñón Fijo...




En la vida del hombre de ciencia Nacional y Popular, ¿qué son horas, días y meses de investigación, si todo se hace por la felicidad del pueblo y los derechos de los únicos privilegiados?

Así nuestros héroes anónimos fatigaron días y noches absolutamente al pedo.
Hasta que una tarde...
al regresar a casa uno de ellos...
Se encontró con una escena que cambiaría su vida para siempre, y que le abriría al pueblo la chance de comprender el porqué el viejito se había vuelto tan garca. Qué había sucedido en esa cabeza para producir semejante veletazo...






(CONTINUARÁ)

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