Los veo saltar. Rubios, o tirando a. Mucho mas desencajados en algunos casos que alguien que abraza ritos ajenos a mi sentir, pero profesando su religion por amor, no por odio. Ese odio que destilan sus dedos limpios y blancos en clave de rap o sus brazos agitandose locamente, o sus bocas de Lollypop, de bubblegum escupiendo desde el ADN de la reaccion el detestado iuesei iuesei iuesei.
Los veo celebrar hasta la locura la muerte. Y en esa bacanal entiendo los excesos discursivos de Hebe que por si no lo saben es MI mama. Mi mama, cuando les voltearon las torres solto el corazon. Me costo compartir. Me cuesta. Pero coincido.
No hay inocentes cuando ese odio sostiene la estructura cultural y politica que dispara el arma que baleo a Usama.
Cada uno de ustedes es culpable y tienen bien merecido lo que les toque, por horrible que sea.
De lo contrario, plantense y derrumben todo, en haras de la humanidad.
Hombres egoistas solo construyen sociedades egoistas. Sociedades egoistas vuelven a sus hombres implacables. Hombres implacables habitan mundos sometidos. Mundos sometidos se rebelan y se levantan contra los dominadores que son cada uno, cada uno de ustedes y de los que estaban en las torres, tambien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario